miércoles, 29 de septiembre de 2010

De Grandes Arquitectos: Constantino el Grande y sus no menos Grandes sucesores...

Constantino el Grande fue un señor, emperador romano para más señas, que viendo cercana su muerte se convirtió al cristianismo y con él, consecuentemente, lo haría todo su Imperio. Él también fue un arquitecto, aunque más que un arquitecto de interiores fue un gran creador de escenografías. Se decidió a transformar a una Roma que había sido durante siglos la capital de un Imperio Pagano, en una Roma llena de Basílicas: San Juan de Letrán, San Pedro del Vaticano, San Pablo, empezaron a gestarse en esta época de las llamadas Basílicas Constantinianas. De manera paralela, este gran arquitecto de ciudades, se fue al otro extremo del mundo, a una pequeña aldea llamada Bizancio enclavada en el lugar más maravilloso sobre la Tierra. Donde Oriente y Occidente se dan la mano, donde Asia y Europa rozan sus labios, fundó una ciudad con su nombre: Constantinopola.Y desde entonces, nada volvió a ser lo mismo para el mundo...


Como buen arquitecto, Constantino se dedicó a transformar el mundo y su empeño fue conseguir que una vez acabada su obra nadie se acordara de lo que había antes de él. Fue por eso que a Constantino en su lecho de muerte le dió por convertirse en arquitecto de interiores, mirar hacia su propia alma y descubrir que quería ser cristiano. Pues bien, se supone que, en ese lecho mortuorio, escribió o mandó escribir, un testamento en el que hacía del Obispo de Roma su sucesor en los derechos de los emperadores romanos. Este testamento, que siglos depués ha sido declarado falso, probablemente se escribió unos 500 años después de la muerte de Constantino para justificar dos hechos: que el Obispo de Roma era la cabeza de la Iglesia y se situaba por encima del resto de los obispos y que, por otro lado, el Vicario romano tenía derecho a elegir quiénes serían el emperador y los reyes, puesto que ese derecho le vino dado por el mismísimo Constantino. De esta manera la Iglesia comenzaba a construir su gran obra arquitectónica...


Mucha gente desconoce que hasta precisamente este momento, en el año 800, el obispo de Roma era uno más entre los demás (jeroglífico:losdemás1+losdemás), que la figura del Papa, tal y como la conocemos en la actualidad, es mucho más reciente de lo que creemos. Poco importaba que fuese sucesor o no de San Pedro, que el Espíritu Santo lo escogiera de entre los príncipes de la Iglesia o que fuera un Santo, Santo Padre... Los motivos metafísicos debían de ser bastante poco prácticos para los teólogos de la época y decidieron buscar una justificación más pragmática: todo un emperador romano había decidido en su última voluntad que el romano fuese el primero entre los obispos. Y es que la Iglesia siempre ha tenido muy buena mano en este negocio de la Arquitectura... Esto de la Donación Constantiniana les ha permitido coronar reyes y emperadores durante siglos, hacer y deshacer en la arquitectura de la política internacional.


Eso sí la legitimidad que aporta en pleno siglo XXI que un emperador romano te pusiera en tu puesto no es muy creible entre la población actual, y mucho menos eso de que el Espíritu Santo sea tu colega a la hora de negociar con tus compañeros para que te elijan Papa. Es por eso, que aprovechando el inicio de una nueva Era, la actual, el Papa se convirtió en un jefe de Estado, de un minúsculo pero poderosísimo Estado. Y digo poderosísimo porque ¿qué dictador no desea gobernar sobre un Estado en el que puede elegir a sus sucesores, no existe oposición política, maneja de manera absoluta las medidas económicas, cuenta con millones de embajadores secretos, casi espías (cada obispo, cada sacerdote) en todos los países, todas las ciudades, todos los pueblos, todos los barrios...)? Es el Estado perfecto, la empresa perfecta, la arquitectura perfecta. Los muros del Vaticano se extienden mucho más allá de la frontera física del minúsculo Estado y convierten la visita de un jefe de Estado extranjero a un país en mucho más que el viaje cortés de un dignatario.


De la Donatio Constantiniana al Jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano han pasado casi 1.800 años, pero en todo este tiempo las habilidades constructivas de la Inmobiliaria Vaticana han mejorado considerablemente. A Justiniano se le atribuye la frase "Salomón, te he superado", al entrar en la recién construida Santa Sofía de Constantinopla. Pues hay más de uno que puede pronunciar en Roma la frase: "Constantino, te he superado".

viernes, 10 de septiembre de 2010

De Comunicación, Arquitectura e Ingenierías...

Para la RAE, que tanto sabe de estas cosas, hay dos tipos de Comunicación. Cuando la Comunicación es entre personas, Comunicar es...
1. tr. Hacer a otro partícipe de lo que uno tiene.

2. tr. Descubrir, manifestar o hacer saber a alguien algo.
Y os preguntaréis, qué tiene que ver esto de la Comunicación con la Arquitectura, con la Arquitectura de mi interior... Pues que no solo las personas se comunican, sino que la Comunicación es también entre cosas y ahi, según la RAE la Comunicación es:
1. Unión que se establece entre ciertas cosas, tales como mares, pueblos o casas, mediante puentes, pasos, crujías, escaleras, vías, canales, cables y otros recursos.
Asi que de la arquitectura del interior pasamos a la de exteriores, a la de grandes obras de Ingeniería, canales, puertos y caminos y demás complejidades . La Comunicación de los arquitectos y la Comunicación de los ingenieros... La de las personas y la de las cosas.
Y es que la arquitectura de interiores es ya de por si lo suficientemente compleja.  Cuando decidimos amueblar nuestro interior tomamos decisiones muy dificiles. Cada mueble es el resultado de una experiencia vital, de una persona a la que conoces, un lugar que descubres... Pues si esto de decorar un interior lleva años y se convierte en una tarea compleja, imaginaos cuando nos empeñamos en transformar nuestro entorno... Querer establecer una unión entre mares, pueblos o casas responde al empeño del ser Humano por transformar el entorno en el que vive y adaptarlo a sus necesidades, hacerlo más cómodo. Y es aqui cuando parece que queremos trasladar cosas de nuestra personalísima decoración de interiores al exterior más próximo. Y todo el mundo sabe que cuando un arquitecto se mete a ingeniero la cosa no puede acabar bien... No es lo mismo comunicar personas que comunicar cosas. Por ello no podemos intentar adaptar a los demás a nuestra comodidad, como adaptamos el paisaje al Ser Humano. Afortunadamente hay personas que han comprendido que la Comunicación no solo se hace a base de grandes obras de ingeniería. No basta con construir "pasos, crujías, escaleras, vías, canales, cables y otros recursos". La comunicación es también construcción pero pausada, a un ritmo casi artesanal, sin golpes de martillo sino a base de silencios y en la que una sola mirada puede suponer muchas "peonadas" y un solo gesto de incomprensión puede destruir el edificio más alto. Por eso, afortunadamente, existen las dos primeras acepciones del término Comunicación, esa comunicación de la que se preocupan los arquitectos de interior, pero no los ingenieros de grandes obras. Porque cuando comunicamos hacemos partícipes a los demás de algo de nuestro interior, les descubrimos, les manifestamos algo. 
Por eso, en las relaciones la Comunicación es tan importante. En la relación con nosotros mismos no puede faltar algo de Comunicación, porque sin conocernos no podemos construir puentes ni carreteras que nos comuniquen con el exterior. Y por eso, cuando te niegas a ti mismo algo que en tu fuero interno conoces perfectamente, estás utilizando la ingeniería, pero esa rama que se dedica a dinamitar puentes y a destruir lo construido y que ya no sirve...
¿y por qué escribo todo esto?
1. Porque he puesto en la arquitectura de mi interior un mueble que sé que no va con mi decoración, que chirría, pero que me empeño en integrar en mi "salón". Pero me empeño en intentar adaptarlo a mi estilo.
2. Porque cuando miro a ese mueble y él me mira no hay comunicación entre los dos, pero aún asi nos empeñamos en que si la hay. Llevamos tres o cuatro intentos para construir un puente, pero no sabemos de donde sale la dinamita que continuamente los destruye.
3. Porque siempre me gustó más comunicar a personas que a cosas, y soy más un arquitecto de interior que un ingeniero de grandes infraestructuras artificiales.
4. Porque después de mucho tiempo llenando los estantes de la arquitectura de mi interior con libros de arte, arquitectura, urbanismo y cómo funcionan las ciudades, me ha dado por abrir una sección dedicada a la Comunicación y parece que ésta va a ocupar mucho espacio en mi biblioteca "virtual".