martes, 15 de febrero de 2011

Carta a Lucas

Querido Lucas:
Con esta carta te quería dar la bienvenida a nuestra familia. Aún ni siquiera he podido verte la carita en persona, pero todos los que te han conocido ya dicen que eres una cosita preciosa y que, de momento, pareces más Velasco que Yánez. De esta última familia ya has conocido a tus abuelos, que han ido hasta tu ciudad en expedición para ser los primeros en verte. Al resto nos irás descubriendo poco a poco y comprobarás que has venido a caer, tanto en Barcelona como en Sevilla, en lo que se llama una gran familia.
Por la parte de tu padre, eres el sexto de los nietos. Ya conocerás a tus primos mayores: Marina, Rafa, Dani y Rubén. Tu hermana Martina te los irá presentando... Ellos ya están emocionados con tu nacimiento. El otro día Rafa llenó su casa de notas dirigidas a tí, "al primo más guapo".
Tus padres no podían haber elegido mejor nombre para tí. Lucas fue un evangelista. Dicen los entendidos en la materia que fue el mejor de todos, porque su evangelio, a diferencia de los otros tres, no estaba dirigido solo a los judíos, sino a todos los pueblos. Lucas no era judío; y por eso escribió un evangelio para que lo entendiera todo el mundo. A ti te va a pasar algo parecido. Serás catalán y andaluz a la vez. Eres el heredero de dos culturas de cientos, miles de años y te han tocado unos padres que han sabido unir lo mejor de uno y otro pueblo. Así que, como aquel que llevó tu nombre hace casi 2.000 años, tendrás que ser un puente entre unos y otros. Tu tocayo, además de escribir ese best-seller de su evangelio, era pintor. Artista y periodista a la vez, parece que el nombre lo haya escogido un tío tuyo que aspira a reunir las dos cosas. Pues bien, dicen que san Lucas fue el primer retratista de María. Y tú, pequeñuelo, no sabemos si vas a ser artista, pero lo que está claro, es que tu llegada a esta familia ha dado una pincelada de color a nuestras vidas. Anunciaste tu llegada en un momento muy dificil para nosotros y el que hoy estés aquí, con tu carita sonriente, nos hace la vida un poco (un mucho) más alegre.
Además de pintor, escritor o lo que quieras ser, parece que lo de los números también se te va a dar bien. Naciste el 11.02.2011 a las 11.11 horas. Ya sabemos cuál va a ser tu número de la suerte. Dicen que eso de las fechas capicúas da buena estrella. Además, el día que naciste ocurrieron cosas importantes en este mundo al que te ha tocado venir. Pocas horas después de tu llegada, la Historia quiso hacerte un regalo muy especial: un dictador menos en el mundo. En esto de nacer en días históricos parece que los primos Yánez os ponéis deacuerdo. Porque tu prima Marina nació un 7.10.2001, pocas semanas después de algo sobre un 11 de septiembre que te contarán en el cole de mayor, un señor muy poco simpático decidió bombardear un país muy lejano, que se llama Afganistán. Y mientras tu tía Marifé estaba de parto, las bombas caían sobre Kabul.
Dentro de poco nos conoceremos, Lucas. Pero sin haberte visto nunca, solo por fotos, ya sabemos que vas a ser muy especial. Especial por el día en que has nacido, por el momento que escogiste para llenarnos de alegría y por las cualidades, que seguro que son muchas, que el destino te tiene reservadas.

domingo, 6 de febrero de 2011

El Domingo es triste....


La música tiene un poder tremendo. Puede provocar euforia, emoción, melancolía, tristeza, alegría... Dime qué escuchas y te diré como te sientes. Dime qué oyes y te diré quién eres.
Una persona que no aprecia la belleza no es una persona. La música es belleza y por eso no comprendo a las personas que permanecen insensibles ante ella.
La música nos da la vida... ¿También puede quitárnosla? Hay quién piensa que sí. Por eso existe la canción de los suicidas.
En 1933 el compositor húngaro Rezso Seress compuso "Szomorú Vasárnap", Domingo Triste, la canción de los suicidas. Cuenta la leyenda (cuántas leyendas urbanas nos alimentan) que el sentimiento profundo de tristeza que provoca escuchar esta canción desató una oleada de suicidios que hizo prohibir al gobierno húngaro su reproducción. Desde entonces cientos de artistas se han atrevido a poner voz a esta triste historia que ocurrió un domingo, un triste domingo...
Y es que todos en nuestra vida hemos tenido un Domingo Triste, un Gloomy Sunday.

DOMINGO TRISTE
 domingo es lúgubre


las horas están en vela

las más queridas sombras

con las que vivo son innumerables

las florecillas blancas

nunca te despertarán

no donde la oscura diligencia

de la tristeza te ha llevado

los ángeles no han pensado

en traerte de vuelta nunca

¿se enfadarían

si pensara en reunirme contigo?

domingo lúgubre

lúgubre es el domingo

con las sombras lo he pasado entero

mi corazón y yo

hemos decidido suicidarnos

pronto habrá oraciones

y las velas están encendidas, ya sé

no permitamos que lloren

hagámosles saber que me alegro de irme

la muerte no es ningún sueño

ya que en ella te acaricio

con el último aliento de mi alma

te estaré bendiciendo

lúgubre domingo

soñando, sólo estaba soñando

me despierto y te veo durmiendo

en lo profundo de mi corazón aquí

cariño espero

que mi sueño no te haya atormentado

mi corazón te está diciendo

cuánto yo te deseaba

lúgubre domingo

es un domingo lúgubre completamente

lúgubre domingo

...domingo

Si queréis oir una de las más maravillosas versiones de esta canción os recomiendo la de Billy Holiday


jueves, 3 de febrero de 2011

La Construcción de una Nación.

"Yo soy el hijo del Sol. Yo soy la estrella de la mañana. Yo soy el señor del Nilo. Rey del alto y bajo Egipto. Yo soy Faraón..."
De esta manera se presentan ante nosotros los constructores de una de las arquitecturas más impresionantes del mundo. Las personas que, revestidas del poder de dioses,  fueron capaces de levantar las pirámides, esclavizando para ello a cientos de miles de sus semejantes. Y es que las grandes obras de la arquitectura asientan sus cimientos sobre la injusticia. Las veces que en mi vida he visitado san Pedro del Vaticano siempre me han embriagado el mismo sentimiento contradictorio: admiración y repulsión. Admiración ante uno de los edificios más impresionantes de la Historia del Arte, pero a la vez repulsión por cómo se financió esa magnífica obra: a base de falsas promesas sobre la salvación de las almas, aprovechándose de la esperanza y el miedo de las pobres gentes. Lo mismo ocurre con las pirámides, cuyos sillares reposan sobre la esclavitud, la desigualdad, el abuso de poder y la miseria. El ser humano es capaz de hacer a la vez las cosas más maravillosas y las más detestables. Por eso, somos mitad divinos y mitad humanos. Individuos que tiene todo el poder para crear belleza, pero que se empeñan en la fealdad, la guerra y la crueldad.
Pero todo esto es cosa del pasado. Ha nacido un Hombre Nuevo.
Todavía hay tiranos que se reafirman en el viejo discurso. Todavía hay dictadores que se creen "Señores del Nilo, hijos del Sol". El discurso de hace un par de días, en el que Mubarak tomaba prestadas las palabras de Luis XIV, "Yo soy el Estado", nos llevan a esa cruda realidad. Pero el pueblo, el  pueblo soberano, esta ahí para recordarle una verdad elemental: tú no eres Egipto. Nosotros somos Egipto.
Me sorprende la actitud de algunas personas que ven con cierta superioridad todo lo que está ocurriendo estos días en África. Lo hacen desde la convicción de que Túnez, Egipto o incluso Marruecos son pueblos atrasados y que se han dejado avasallar por dictadores de medio pelo. Es realmente irónico que nos sintamos superiores a una Cultura que ha creado ciudades como Cartago, Alejandría o Heliópolis. Pero la ignorancia es osada... 
Señoras y señores, lo que hoy está haciendo el pueblo de Egipto nos deja en una embarazosa situación. Nosotros, los españoles, adalides de la libertad y la democracia, vivíamos hace poco más de 30 años en una dictadura que era incluso peor que las que gobiernan hoy en los territorios norteafricanos. Y nosotros, los mismos que hoy nos permitimos el lujo de mirar a los pueblos "subdesarrollados" desde la superioridad, no tuvimos los "bemoles" de plantarle cara a ese régimen. ¿No nos avergonzamos? Se tuvo que morir. Le dejamos que expirara tranquilamente en su cama con 83 años... ¿Todavía tenemos el valor de mirar con superioridad a un pueblo que ha tenido la valentía de expresar su voluntad, mientras nosotros fuimos unos cobardes?
Y es que, si algo caracteriza a los egipcios, es ese amor infinito por su patrimonio. Una Cultura que los hace una civilización única en el mundo. Los egipcios son unos grandes arquitectos y serán capaces de construir una nueva pirámide, esta vez invertida, en la que el pueblo soberano sea la cúspide. Una arquitectura que servirá de ejemplo para las naciones, que provocará la admiración de las civilizaciones.
Si, serán capaces de ello. Al fin y al cabo ellos son los hijos del Sol y serán la estrella DEL mañana, los señores del Nilo, reyes del alto y bajo Egipto. Ellos son Faraón.