martes, 20 de noviembre de 2012

España y Portugal, ¿una unión soñada?

Es recurrente la reflexión sobre lo poco que sabemos los españoles sobre nuestros vecinos portugueses. Estando tan cerca, tenemos un profundo desconocimiento profundo sobre su lengua, su Historia y su Cultura, siendo estas tan cercanas a la nuestra. Sorprende aún más cuando en muchos momentos diferentes España y Portugal estuvieron a punto de convertirse en un solo país.

Isabel, reina de Portugal e Infanta de Castilla
Hace algo más de 500 años, el destino frustró la unión de  dos naciones. Fernando e Isabel, los Reyes Católicos tuvieron cinco hijos, cuatro infantas y un solo varón, el príncipe Juan, destinado a ser su heredero. El príncipe Juan murió muy joven, pasando el título de princesa de Asturias a su hermana mayor, la Infanta Isabel, que estaba casada con el rey Manuel de Portugal. Isabel recibió la noticia de que iba a ser reina de España y Portugal estando embarazada de su hijo, el príncipe Miguel de Paz. Durante el parto, Isabel muere. El bebe que nace se convierte en heredero de ambas coronas, la de España y la de Portugal. Miguel de Paz continúa la maldición familiar, muriendo con tan solo dos años en la ciudad de Granada. Si ese niño que jugó en los jardínes de la Alhambra hubiera llegado a ser adulto, habría heredado España, Portugal y todas las posesiones de ambos reinos en América, África y Asia.

Felipe II, rey de España y Portugal
Fue el bisnieto de los Reyes Católicos, Felipe II el que cumplió el sueño de unificar España y Portugal. Tras la muerte del rey Sebastián I sin descendencia, Felipe se convierte en rey de Portugal, por ser hijo de Isabel de Avís. Durante los  60 años trascurridos entre 1580 y 1640, España y Portugal comparten tres reyes: Felipe II, Felipe III y Felipe IV. Bajo el reinado de este último, Portugal proclama su independencia y se aleja de la órbita hispánica.
Pero el sueño de crear un Estado Ibérico no concluyó con esto. La Historia fue mucho más allá. En la época de Napoleón Bonaparte, España y Portugal compartieron el  sufrimiento de la invasión francesa. La Familia Real española fue apresada por el emperador francés y recluida en el Castillo de Bayona. Juan VI de Portugal aprendió de los errores de su vecino y cuñado Fernando VII y puso tierra de por medio. En 1810 huye con su esposa, Carlota Joaquina de España, y sus hijos a las colonias de Brasil. Años más tarde, la caída de Napoleón permitió la vuelta de la Familia Real lusa a Lisboa. Su hijo Pedro, que había vivido en Río de Janeiro la mayor parte de su vida, quiso permanecer en América. Allí, pocos años después, declara la independencia de Brasil, proclamándose emperador de los brasileños.
Pedro I pudo ser rey de España, Portugal y Brasil
Pedro I de Brasil fue un monarca moderno y Constitucional. Todo lo contrario que su tío Fernando VII en España. Los liberales españoles vieron en Pedro I el candidato perfecto a convertirse en monarca de una nueva nación: rey de España, Portugal y Brasil, emperador de Iberia. Así se lo propuso Mendizábal a Pedro I. Nuestro famoso Mendizábal, el de la Desamortización, tiene el honor de ser la única persona que ha sido sucesivamente ministro de Hacienda en tres países diferentes: Brasil, Portugal y España. El sueño del estadista se vio frustrado por la muerte repentina de Pedro I.
Tras Mendizábal han sido muchas otras las personas que han soñado con España y Portugal unidas. Blas Infante, el padre de la patria andaluza. José Saramago, el portugués canario de Granada. Y aquí estamos siglos después, en el mismo punto. España y Portugal comparten el drama de la crisis. El presidente español pide auxilio a Brasil, la economía emergente más importante de América Latina. Eso sí, nuestras fronteras siguen pareciendo un gran abismo. La Historia se repite una y otra vez. Si hace unos siglos españoles y portugueses compartimos reyes, en 2012, volvemos a ser gobernados por la misma persona: Angela Merkel.