viernes, 24 de diciembre de 2010

Radiografía familiar

Se dice que los amigos se escogen y la familia te viene dada. En este sorteo que supone la vida es importante que te toque una buena familia e imposible que te toque una perfecta... En estos días de exceso que se acercan, todos tenemos hemos tenido alguna vez la sensación de habernos dado un "atracón" de momentos familiares. Al menos yo, estoy por un lado deseando que lleguen estos días que vivo con la ilusión de un niño. Me encanta ese momento en el que sales de casa una mañana de 24 de diciembre con tu maletita dispuesto a dormir esa noche en la cama en la que has pasado toda tu adolescencia. Bien es verdad que la magia no dura demasiado y a las pocas horas no soportas los chistes malos de tu padre o las discusiones con algún hermano. Pero esas son las pequeñas cosas que hacen especial la Navidad y hacen especial a tu familia.
Sonará a tópico pero yo me considero verdaderamente afortunado de tener la familia que me ha tocado. Somos muy independientes, cada uno tiene su pequeña parcela inviolable, privada y personal. Pero cualquier excusa es buena para compartir una comida, un rato, un alto en el camino en el fin de semana. Quizás hay aspectos de la vida de mis hermanos que desconozco y ellos de la mía, pero ese es el secreto de nuestra relación. Es la educación que nos han dado mis padres. Hacer de nosotros seres autónomos e independientes que pueden avanzar manteniendo el equilibrio como se puede por esa cuerda floja que es la vida. Pero si en algún momento caes ahi está la cama elástica, el colchón de tu familia. Y no tienes porque caer, también puedes pararte a descansar un momento. Descansar de ese equilibrio de funambulista imposible. Apoyarte para mirar atrás y compartir con ellos el gran avance que has experimentado desde que comenzaste tu camino.
Y es que mis padres son un eslabón fundamental de mi cadena. A veces pienso qué pasaría si ellos faltaran. A pesar de mi edad y mi independencia para ciertas cosas me sigo considerando un niño que necesita constantemente de la ayuda de sus padres. La sabiduría, la inteligencia emocional de mi madre, que siempre sabe qué es lo correcto, que tiene la palabra adecuada para cada ocasión. El carácter servicial de mi padre, siempre dispuesto a ayudar aunque sea protestando por ello, pero luchando como un león por sus hijos y rechazando todo lo que pueda hacerles daño.
La dulzura de mi hermana mayor, toda sensibilidad y toda serenidad. Las discusiones políticas con mi hermano y padrino, que aunque él no lo sepa me hacen reflexionar y mover un milímetro mi opinión (y creo que él también sabe que yo muevo otro milímetro la suya, con lo cual acabamos equilibrados). La complicidad intelectual con el que se ha encontrado en el centro de una familia, ni de los mayores, ni de los pequeños, y ha sabido desenvolverse con ese rol. El mismo humor, la misma apariencia, la misma independencia. La complicidad emocional con el que me precede, que parece compensar todas las peleas de nuestra adolescencia, que establece un vínculo muy especial entre los dos.
Y todas esas personas que han ido llegando poco a poco a nuestra familia, los que vienen de camino y los que se fueron... A los que se fueron siempre os recordaremos, con especial cariño, recordando siempre lo bueno, pero también lo malo, porque eso os hace humanos y más cercanos.
En fin, a todos vosotros Feliz Navidad.

jueves, 9 de diciembre de 2010

¿Quién me regala una brújula?

"El próxim vuol amb destinació..."


Siempre me han encantado las voces de los aeropuertos, las estaciones de tren y casi casi, si me apuras, de las estaciones de metro. Siempre tan seguros dando sus anuncios. Dirigiendo con decisión los movimientos de miles de personas. "El tren con destino Madrid va a efectuar su salida desde la via 10", "pasajeros del vuelo con destino Lisboa embarquen por la puerta 3". Nunca parecen dudar de lo que dicen, siempre lo tienen todo claro. ¿Son personas o robots?
Y es que viajar es una de mis pasiones. Me encanta descubrir nuevos lugares, probar nuevas comidas, aprender nuevas cosas... Viajar alimenta mi alma. Y necesito hacerlo cada cierto tiempo. No hay nada mejor que un día que amanece soleado, tras jornadas de incesante lluvia. Llamas a alguien, cojes el coche y emprendes un viaje, improvisado, sin planear...

Pero quién me conozca un poco sabe que yo no soy así. Me cuesta improvisar. ¿Soy persona o robot?
En mi mente todo se presenta de manera ordenada y tengo que saber que voy a hacer en cada momento. Cuando me decido a emprender un viaje comienza un trabajo de lectura, investigación y consulta de mapas que acaba apasionándome más que el viaje en si mismo. Porque me gusta tener controlados mis pasos antes de darlos, porque disfruto aprendiendo con lo que hago antes, durante y después del viaje.

Me desconcierta no tener rumbo. No soporto perder el control. Y cuando el mapa se rompe, cuando no sé hacia dónde voy, me encuentro vulnerable. Puedo parecer una persona segura de mi mismo, que sabe lo que quiere en cada momento y hacia donde va. Pero miles de preguntas asaltan mi mente cada cierto tiempo, aunque trate de luchar con ellas con mi sempiterno optimismo: ¿qué hubiera pasado si...?, ¿me gusta lo que hago?, ¿este es mi lugar?, ¿qué significan ellos para mi?, ¿qué pasaría si empezara de nuevo en otro sitio?, ¿me arriego a cambiar?, ¿me pasará esto?, ¿acabaré así?, ¿por qué no puedo ser Gretel?
Y sin respuestas no hay rumbo. Sin coordenadas no hay localización. Si no sé dónde estoy ¿cómo voy a saber cual es mi destino?
Tengo que buscar una brújula. Pero no sé donde puedo encontrarla. ¿Estará en mi interior? ¿Me la dará otra persona? Me siento perdido en lugares cotidianos. La gente a mi alrededor parecen extraños. No me reconozco a mi mismo en lo que hago.
Por eso, la voz del aeropuerto, inicia una cadencia que nunca acaba, nunca termina de pronunciar el destino. Porque detrás de esa voz automatizada hay alguien que no sabe a donde dirigirse.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Bon cop de falç

Els Segadors, es un romance popular del siglo XVII adaptado por un compositor catalán en el siglo XIX, para convertirlo en el himno de Cataluña. La canción popular hablaba de los segadores porque en aquel tiempo Cataluña era una tierra eminentemente rural y con una cultura urbana poco desarollada. Barcelona, por ejemplo, no llegaba a los 40.000 habitantes mientras que ciudades como Sevilla superaban los 100.000.  Estos segadores protagonizaron un levantamiento popular que derivó en una guerra civil de la sociedad rural contra la nobleza catalana. Este es el contexto que nos explica la violencia de la letra de este himno, que en su estribillo llama a los segadores a las armas:

Bon cop de falç, defensors de la terra!

Lo que viene a decir es "buen golpe de hoz" o  mejor "echad mano de la hoz, defensores de la tierra"."Que tiemblen nuestros enemigos, que retrocedan esas gentes tan ufanas y arrogantes".
Pues bien, en el día de hoy tomo prestadas esas palabras que hace más de 350 años pronunciaron esos campesinos catalanes para defender lo que es mío, mi tierra, Andalucía. Como andaluz he sido criado en un espíritu de tolerancia, de comprensión y de entendimiento. Nuestra tierra ha sabido acoger durante siglos a todo el que ha pasado por aqui. Y no sabemos nada de violencia ni de golpes de hoz. Nuestro Blas Infante no necesitaba una hoz para pedirle a los andaluces que se levantaran, solo una bandera para "decir paz y esperanza". Tampoco necesitaba que temblaran los enemigos, porque nosotros solo queríamos "volver a ser lo que fuimos, hombres de luz, que a los hombres, alma de hombres le dimos".
Pero hoy, como en tantas ocasiones anteriores, este pueblo trabajador, este pueblo generoso, HONRADO, creativo, innovador, alegre, culto, acogedor, cuna de civilizaciones, tesoro de la Historia, origen de grandes personajes, ha sido atacado.
Y por ello les digo,que tengan algo claro "esas gentes tan ufanas y arrogantes" (si, utilizo la misma frase que aparece en els Segadors): nadie va a conseguir que asumamos sus mentiras, sus insultos, sus ataques. Los andaluces y las andaluzas somos muy superiores a todo eso, somos un pueblo inteligente y, sobre todo, paciente. Pero la paciencia se nos está acabando. Nos llamaron vagos, subsidiados, gallinas, ignorantes, insultaron al padre de la Patria, Blas Infante. Ahora nos llaman ladrones y timadores. Y no, por ahi no vamos a pasar. Porque llegó la hora, andaluces y andaluzas,
 
¡Llegó la hora, segadores!

¡Hora es ya de estar alerta,

y para el próximo junio

de templar las herramientas!

Es la hora de que cojamos nuestra hoz, una afilada hoz cargada de palabras y argumentos para defender a nuestro pueblo. No permitiremos ni uno más, ni un insulto gratuito más hacia Andalucía. No lo haremos señor Puigcercós, señora Aguirre, señor Vidal Cuadras, señora Nebrera, señora Mato...

martes, 2 de noviembre de 2010

El Hombre es un animal político

Y Aristóteles sabía muy bien lo que decía cuando usó la palabra animal... ¿Los hombres y mujeres somos en realidad animales políticos? Si oimos lo que la gente dice a nuestro alrededor nuestra respuesta con rotunidad sería un No. Todo el mundo manifiesta estar desencantado con la política, asqueado, desengañado: "todos son iguales", "la política es una mierda", "lo único que quieren es trincar".
Pero afortunadamante no les oigo, sino que les escucho. Y más allá de sus frases hechas, de esos lugares comunes a los que todos y cada uno de nosotros hemos recurrido en alguna ocasión, lo que se esconde en nuestro interior no es un animal, es una bestia política...

Con solo mirar un poco a nuestro alrededor descubriremos diariamente miles de luchas encarnizadas por el poder. Negociaciones, pactos, dotes diplomáticas e incluso mociones de censura... Lo hacemos todos: en el trabajo, en la cola del supermercado, con nuestra pareja o nuestros amigos. Individualmente formamos un partido político, del que somos presidente, secretario general y coordinador a la vez. Respondemos únicamente a nuestros propios intereses e incluso las coaliciones que establecemos con otros partidos se someten únicamente a los criterios de una lucha por el poder.

"Si, en esta calle la negociación empieza al amanecer y no acaba hasta que alguien consigue exactamente lo que quiere"

Desde el amanecer a la noche e incluso cuando dormimos, estamos haciendo política. Alguien que intenta demostrar su fuerza ordenándole algo a otro. Un elegante coqueteo en el que ni siquiera estamos seguros de si queremos que llegue a ser algo más. Alguien que realmente si nos gusta pero ante el que nunca descubriremos nuestras cartas por miedo al fracaso. Buscar un aliado que nos sirva de apoyo en un momento de enfretamiento con otro. Encontrar un confidente en el que puedes dejar reposar tus secretos. Un enemigo que aún no nos queremos crear porque podría desestabilizar nuestra posición. Una sonrisa ante alguien que nos cae mal pero que puede facilitarnos nuestro trabajo. ¿Es que esto no son estrategias políticas?

"Zoon Politikon", el hombre es un animal político, es decir, que cada uno de nosotros tiene la capacidad innata para relacionarse socialmente. También para utilizar al otro, manipular, aparentar, disimular, tantear e incluso amar y odiar al mismo tiempo. Y si no somos capaces de todo esto, según Aristóteles somos o bestias o dioses. ¿Eres o no eres un animal político?

miércoles, 13 de octubre de 2010

Mientras, al otro lado de la ciudad...

Alguien que me conozca minimamente sabe que soy un urbanita. No me imagino viviendo en un pueblo ni en el campo. Mi medio natural es la ciudad. Me obsesionan las ciudades, la mia y las demás, como funcionan, como sobreviven, a dónde van y de dónde vienen.
 Metrocentro, Blackberry, Esquire, Metro, Twitter, Cardigan, Trench, Facebook, Sahariana, Restaurante Hindú, Retenciones, Wifi, Estrategias, Participación,Weekend bag, Escapada, Carril bici, Área Metropolitana, Ikea, Sevici, Intermodalidad, Metropol-parasol... Además de palabras pedantes, son palabras de un mundo que me gusta y que me cabrea, pero que en definitiva es mi mundo.
¿Imagináis un mundo sin ciudades? Pues existió... Al acabar la Edad Antigua, con la caida del imperio romano hubo un abandono generalizado de las ciudades en Occidente. La población huyó al campo e hizo de la agricultura su modo de vida. Pronto esos agricultores necesitaron de protección militar contra los continuos ataques y los guerreros poco a poco se fueron convirtiendo en señores feudales de esos micro-reinos. Los hombres y mujeres vivían dispersos en el campo, aislados los unos de los otros, trabajando de sol a sol para alimentarse con aquello que cultivaban. Sin ciudades no había riqueza, ni comercio, ni Cultura. Fue una época oscura... El castillo del señor feudal o un monasterio era lo más parecido a una ciudad que tenían alrededor. Mientras en Oriente florecían grandes ciudades (Córdoba, Sevilla, Damasco, el Cairo, etc.), la cultura urbana de la Europa cristiana sufría un largo letargo.
En este mundo solo había tres clases sociales: los guerreros, los religiosos y los que trabajaban. Compartimentos estancos entre los que era muy dificil moverse, por no decir imposible... Pero hubo unos pocos que se atrevieron a salirse del orden establecido. Poco a poco hubo gente que no quiso ser guerrero ni servir a ninguno, que no quiso rezar, que no quiso ser agricultor. Esas personas, fuera de la ley, quisieron trabajar como comerciantes, como herreros, como zapateros... y poco a poco fueron juntándose en las ciudades. Había nacido una nueva clase social: la burguesía, la clase de los ciudadanos. Con el tiempo algunos consiguieron hacerse ricos y los poderosos no pudieron dejar de posar su mirada sobre ellos. El rey y los nobles necesitaron de su dinero para hacer la guerra. La Iglesia se sirvió de ellos para construir Catedrales. Y las ciudades volvieron a nacer... Las Catedrales se convirtieron precisamente en el símbolo de ese orgullo ciudadano.
¿De que nos sentimos orgullosos los ciudadanos del siglo XXI? Nueva York es quizás la ciudad de referencia mundial de esa cultura "urbanita" que en esta globalización nos hace a todos un poco iguales. Series de televisión, películas y libros nos han hecho saber de la "maravillosa" vida en la ciudad de los taxis amarillos, las Avenidas con ordinales y las calles con números. Carry Bradshaw siempre ha sido muy dada a repetir esa frase de "mientras, al otro lado de la ciudad..." cuando quería trasladarnos de lo que le ocurría a una de sus amigas a otra historia protagonizada por una amiga diferente.
Sevilla no es Nueva York, ni mucho menos. Pero todas las cosas que me ocurren aqui podrían llenar dos o tres temporadas de cualquier serie yanki. La ciudad no deja de sorprenderme con nuevos rincones a la vez que me encanta volver a saludar a lugares "viejos conocidos". Un día de lluvia con un trench, una noche de vuelta a casa inspeccionando como va la obra de Metropol, un café con amigos en un nuevo sitio. Es este el lugar donde puedo construir mi Catedral y por eso me gusta. ¿Alguien imagina la vida lejos de la ciudad?

miércoles, 29 de septiembre de 2010

De Grandes Arquitectos: Constantino el Grande y sus no menos Grandes sucesores...

Constantino el Grande fue un señor, emperador romano para más señas, que viendo cercana su muerte se convirtió al cristianismo y con él, consecuentemente, lo haría todo su Imperio. Él también fue un arquitecto, aunque más que un arquitecto de interiores fue un gran creador de escenografías. Se decidió a transformar a una Roma que había sido durante siglos la capital de un Imperio Pagano, en una Roma llena de Basílicas: San Juan de Letrán, San Pedro del Vaticano, San Pablo, empezaron a gestarse en esta época de las llamadas Basílicas Constantinianas. De manera paralela, este gran arquitecto de ciudades, se fue al otro extremo del mundo, a una pequeña aldea llamada Bizancio enclavada en el lugar más maravilloso sobre la Tierra. Donde Oriente y Occidente se dan la mano, donde Asia y Europa rozan sus labios, fundó una ciudad con su nombre: Constantinopola.Y desde entonces, nada volvió a ser lo mismo para el mundo...


Como buen arquitecto, Constantino se dedicó a transformar el mundo y su empeño fue conseguir que una vez acabada su obra nadie se acordara de lo que había antes de él. Fue por eso que a Constantino en su lecho de muerte le dió por convertirse en arquitecto de interiores, mirar hacia su propia alma y descubrir que quería ser cristiano. Pues bien, se supone que, en ese lecho mortuorio, escribió o mandó escribir, un testamento en el que hacía del Obispo de Roma su sucesor en los derechos de los emperadores romanos. Este testamento, que siglos depués ha sido declarado falso, probablemente se escribió unos 500 años después de la muerte de Constantino para justificar dos hechos: que el Obispo de Roma era la cabeza de la Iglesia y se situaba por encima del resto de los obispos y que, por otro lado, el Vicario romano tenía derecho a elegir quiénes serían el emperador y los reyes, puesto que ese derecho le vino dado por el mismísimo Constantino. De esta manera la Iglesia comenzaba a construir su gran obra arquitectónica...


Mucha gente desconoce que hasta precisamente este momento, en el año 800, el obispo de Roma era uno más entre los demás (jeroglífico:losdemás1+losdemás), que la figura del Papa, tal y como la conocemos en la actualidad, es mucho más reciente de lo que creemos. Poco importaba que fuese sucesor o no de San Pedro, que el Espíritu Santo lo escogiera de entre los príncipes de la Iglesia o que fuera un Santo, Santo Padre... Los motivos metafísicos debían de ser bastante poco prácticos para los teólogos de la época y decidieron buscar una justificación más pragmática: todo un emperador romano había decidido en su última voluntad que el romano fuese el primero entre los obispos. Y es que la Iglesia siempre ha tenido muy buena mano en este negocio de la Arquitectura... Esto de la Donación Constantiniana les ha permitido coronar reyes y emperadores durante siglos, hacer y deshacer en la arquitectura de la política internacional.


Eso sí la legitimidad que aporta en pleno siglo XXI que un emperador romano te pusiera en tu puesto no es muy creible entre la población actual, y mucho menos eso de que el Espíritu Santo sea tu colega a la hora de negociar con tus compañeros para que te elijan Papa. Es por eso, que aprovechando el inicio de una nueva Era, la actual, el Papa se convirtió en un jefe de Estado, de un minúsculo pero poderosísimo Estado. Y digo poderosísimo porque ¿qué dictador no desea gobernar sobre un Estado en el que puede elegir a sus sucesores, no existe oposición política, maneja de manera absoluta las medidas económicas, cuenta con millones de embajadores secretos, casi espías (cada obispo, cada sacerdote) en todos los países, todas las ciudades, todos los pueblos, todos los barrios...)? Es el Estado perfecto, la empresa perfecta, la arquitectura perfecta. Los muros del Vaticano se extienden mucho más allá de la frontera física del minúsculo Estado y convierten la visita de un jefe de Estado extranjero a un país en mucho más que el viaje cortés de un dignatario.


De la Donatio Constantiniana al Jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano han pasado casi 1.800 años, pero en todo este tiempo las habilidades constructivas de la Inmobiliaria Vaticana han mejorado considerablemente. A Justiniano se le atribuye la frase "Salomón, te he superado", al entrar en la recién construida Santa Sofía de Constantinopla. Pues hay más de uno que puede pronunciar en Roma la frase: "Constantino, te he superado".

viernes, 10 de septiembre de 2010

De Comunicación, Arquitectura e Ingenierías...

Para la RAE, que tanto sabe de estas cosas, hay dos tipos de Comunicación. Cuando la Comunicación es entre personas, Comunicar es...
1. tr. Hacer a otro partícipe de lo que uno tiene.

2. tr. Descubrir, manifestar o hacer saber a alguien algo.
Y os preguntaréis, qué tiene que ver esto de la Comunicación con la Arquitectura, con la Arquitectura de mi interior... Pues que no solo las personas se comunican, sino que la Comunicación es también entre cosas y ahi, según la RAE la Comunicación es:
1. Unión que se establece entre ciertas cosas, tales como mares, pueblos o casas, mediante puentes, pasos, crujías, escaleras, vías, canales, cables y otros recursos.
Asi que de la arquitectura del interior pasamos a la de exteriores, a la de grandes obras de Ingeniería, canales, puertos y caminos y demás complejidades . La Comunicación de los arquitectos y la Comunicación de los ingenieros... La de las personas y la de las cosas.
Y es que la arquitectura de interiores es ya de por si lo suficientemente compleja.  Cuando decidimos amueblar nuestro interior tomamos decisiones muy dificiles. Cada mueble es el resultado de una experiencia vital, de una persona a la que conoces, un lugar que descubres... Pues si esto de decorar un interior lleva años y se convierte en una tarea compleja, imaginaos cuando nos empeñamos en transformar nuestro entorno... Querer establecer una unión entre mares, pueblos o casas responde al empeño del ser Humano por transformar el entorno en el que vive y adaptarlo a sus necesidades, hacerlo más cómodo. Y es aqui cuando parece que queremos trasladar cosas de nuestra personalísima decoración de interiores al exterior más próximo. Y todo el mundo sabe que cuando un arquitecto se mete a ingeniero la cosa no puede acabar bien... No es lo mismo comunicar personas que comunicar cosas. Por ello no podemos intentar adaptar a los demás a nuestra comodidad, como adaptamos el paisaje al Ser Humano. Afortunadamente hay personas que han comprendido que la Comunicación no solo se hace a base de grandes obras de ingeniería. No basta con construir "pasos, crujías, escaleras, vías, canales, cables y otros recursos". La comunicación es también construcción pero pausada, a un ritmo casi artesanal, sin golpes de martillo sino a base de silencios y en la que una sola mirada puede suponer muchas "peonadas" y un solo gesto de incomprensión puede destruir el edificio más alto. Por eso, afortunadamente, existen las dos primeras acepciones del término Comunicación, esa comunicación de la que se preocupan los arquitectos de interior, pero no los ingenieros de grandes obras. Porque cuando comunicamos hacemos partícipes a los demás de algo de nuestro interior, les descubrimos, les manifestamos algo. 
Por eso, en las relaciones la Comunicación es tan importante. En la relación con nosotros mismos no puede faltar algo de Comunicación, porque sin conocernos no podemos construir puentes ni carreteras que nos comuniquen con el exterior. Y por eso, cuando te niegas a ti mismo algo que en tu fuero interno conoces perfectamente, estás utilizando la ingeniería, pero esa rama que se dedica a dinamitar puentes y a destruir lo construido y que ya no sirve...
¿y por qué escribo todo esto?
1. Porque he puesto en la arquitectura de mi interior un mueble que sé que no va con mi decoración, que chirría, pero que me empeño en integrar en mi "salón". Pero me empeño en intentar adaptarlo a mi estilo.
2. Porque cuando miro a ese mueble y él me mira no hay comunicación entre los dos, pero aún asi nos empeñamos en que si la hay. Llevamos tres o cuatro intentos para construir un puente, pero no sabemos de donde sale la dinamita que continuamente los destruye.
3. Porque siempre me gustó más comunicar a personas que a cosas, y soy más un arquitecto de interior que un ingeniero de grandes infraestructuras artificiales.
4. Porque después de mucho tiempo llenando los estantes de la arquitectura de mi interior con libros de arte, arquitectura, urbanismo y cómo funcionan las ciudades, me ha dado por abrir una sección dedicada a la Comunicación y parece que ésta va a ocupar mucho espacio en mi biblioteca "virtual".

lunes, 30 de agosto de 2010

De la Gastronomía sevillana. Especialidad: tapa de queso.

¿De qué se compone un menú sevillano? La coctelera de la ciudad gusta de sabores en contraste... En esta ciudad no existen los términos medios y todo es blanco o negro, dulce o salado, y bien separadito, que ni siquiera se rocen unos ingredientes con otros. El plato estrella de la casa es, sin duda, la tapa de queso, un queso inevitablemente muy muy curado, la mayoría de las veces incluso rancio. Prueba del carácter mimético de la gastronomía sevillana es cómo se cumple el dicho "de lo que se come se cría". Y observamos como la forma triangular de la tapa de queso ha asaltado las patillas de muchos de los consumidores de la urbe. El jamón, sin embargo, es de buena calidad, pero todo el mundo conoce la técnica sevillana de disponerlo sobre un lecho generoso de picos, roscos o colines (como se quieran llamar) para que abulte más y el comensal piense que hay más cantidad. Esa es una de las principales especias que condimentan el menú del día (del día de hoy y del de hace 400 años): las apariencias. No en vano somos una ciudad barroca. Una ciudad en la que ayer y hoy los caballeros y las damas de buen apellido dedican gran parte de su tiempo en mantener a la altura de las circustancias el estatus de la familia. Sevilla es esa ciudad en la que todo lo novedoso se transforma inmediatamente en esa otra palabra que termina en -oso y que solo aqui se convierte automáticamente en sinónimo: sospech-oso. Aqui sigue existiendo la Inquisición, eso si, el Santo Oficio no solo cuenta con prestigiosos inquisidores en la ciudad (en periódicos, en despachos y en iglesias), si no que el número de familiares se extiende a una gran parte de la población que no duda en ser la primera en pronunciar la lapidaria frase: Esto solo pasa en Sevilla. Pero no todo es negativo en este Recetario. Son precisamente esas imperfecciones las que enaltecen a la gastronomía hispalense a las más altas cotas. Sevilla es el mejor de ejemplo de lo que un tal Jung contó hace ya algún tiempo sobre la teoría del insconciente colectivo. Yo soy de los que piensan que todos los individuos recibimos dos tipos de herencia: la individual (la genética, los valores familiares, el carácter que cada año nos recuerda más al de nuestros padres) y la colectiva (aquellos rasgos sociales de los que, queramos o no, participamos). Y Sevilla es una ciudad que marca en lo que se refiere a la herencia colectiva. Una señora de la Calle Feria no lo sabe, pero es barroca cuando pone flores delante del azulejo de la Macarena que adorna su portal. Y un poligonero de los Pajaritos tampoco lo sabe, pero tener un traje colgado en el armario para el domingo de Ramos (sí, aunque sea blanco) lo hace barroco. Jung se sentiría muy orgulloso de su teoría si viera a un sevillano de hoy, sacar pecho hablando de su ciudad en la actualidad como si fuera aquella metrópoli de hace 500 años. Y es que el haber sido la ciudad más importante y poblada del mundo, foco de recepción de las más importantes riquezas de un nuevo contintente, centro de producción artística para toda Europa, aunque eso fuera hace mucho, mucho tiempo, pesa en las personas, que sin saberlo, participan de aquella gloria pasada. Y es que de lo que se come, se cría, y por eso el menú de la casa es tan variado: soberbia y autocrítica, elegancia y vulgaridad, conservadurismo y progresismo... Todos esos ingredientes están dentro de esta maravillosa y única coctelera que se llama... SEVILLA.

viernes, 27 de agosto de 2010

Film Trans-parente

Transparente: que se deja adivinar o vislumbrar sin declararse o manifestarse. Cuerpo a través del cual pueden verse los objetos con claridad.
¿Transparencia u obscuridad? La apariencia nos deja ver lo que hay tras-la-apariencia de una persona, lo que el envoltorio que todos tenemos oculta a los demás, e incluso a nosotros mismos... Seamos sinceros, nunca nos mostramos tal y como somos ante las personas que tenemos a nuestro alrededor. Incluso nuestra madre, que puede ser la persona que mejor nos conozca en el mundo, no conoce todas nuestras facetas. Hay parejas que no llegan a conocerse al 100 % y personas a las que creemos conocer por completo pero nos tienen reservada una sorpresa. No nos comportamos de la misma manera estando con nuestra familia, con nuestros amigos o con nuestra pareja. Ante cada uno de ellos nos recubrimos con un traje diferente, una apariencia eventual, que no por eso nos hace diferentes personas, porque a lo que envuelve es lo mismo: somos nosotros. Podemos decir que nuestra esencia es siempre la misma, aunque adoptamos diferentes apariencias según con quien estemos. No por ello nos traicionamos, simplemente adaptamos pequeñas cosas al entorno en el que nos movemos. ¿Instinto de supervivencia?
La pregunta es: ¿es bueno despojarse de ese traje? Volverse transparente... ¿ante quién? La sociedad valora la transparencia en una persona. Siempre se ha dicho que las personas complicadas, enrevesadas y con doble fondo no eran de fiar. Transparencia se ha asimilado con bondad. Y cuando hablamos de una persona simple, afable y bonachona tendemos a decir: "es lo que ves, no oculta nada más". Pero la simpleza a veces viene unida a la estupidez... Y también a veces ser transparente es sinónimo de ser invisible, que nadie te vea porque no esperan descubrir nada nuevo en ti.

A todos nos gusta el misterio. Una persona que no se muestra a pecho descubierto desde el primer minuto si no que va haciéndose el interesante y desprendiendo información con cuentagotas acaba fascinandonoos. Es como picar un anzuelo y querer saber cada día un poquito más. No nos gusta que nos pongan las cosas fáciles. También es verdad que si una vez que cae el traje, si quiera la primera capa, si la esencia que envuelve no es interesante, el mito cae rápidamente. Pero todos nos creamos ante otras personas una apariencia con la que ocultamos nuestra trans-apariencia, digo... ¡transparencia!
Soy consciente de que este blog me hace más transparente, que hace caer alguno de los velos de mi misterio, que para algunas personas no es tal, porque en el fondo no dejo de ser alguien bastante transparente, aunque no simple. Soy tremendamente complejo, ni yo mismo he llegado a entenderme del todo. Solo espero que el volverme menos misterioso y más transparente no me vuelva invisible. Quizás mostrarse desnudo ante el mundo no sea tan malo. Confío en que todo lo que oculta ese traje de apariencia, que la esencia de mi mismo sea tan buena que no os importe todo lo demás.

lunes, 23 de agosto de 2010

Dime con quién andas...


¿Definen a una persona sus compañías? ¿Alguien con malas compañías es una mala persona? ¿Se puede ser un auténtico hijo de puta y tener buenos amigos? La amistad es de las poquitas cosas que en esta vida podemos elegir. La familia, al igual que otras muchas cosas, sigue el caprichoso mandato de la genética. Pero los amigos son nuestra gran decisión vital. Ya desde pequeñitos al escoger nuestra compañía en los juegos infantiles no sabemos que estamos afrontando uno de los momentos más importantes de nuestra vida: la elección de nuestros amigos. En ese instante no eres consciente de ello, pero a medida que pasan los años te das cuenta de lo compleja que es esa decisión. Estas últimas semanas observando a mis sobrinos pequeños me ha venido a la mente lo facil que era hacer amigos cuando uno era un niño... Bastaba con plantarte en "modo observante" en un discreto lateral del parque o de la playa y siempre había alguien que dirigía su mirada hacia ti y te hacía la pregunta mágica: ¿quieres jugar con nosotros? A los cinco minutos ya erais inseparables, aunque un minuto después podíais tiraros los trastos a la cabeza... Probablemente no volverías a ver esos niños nunca pero durante unos minutos habían compartido contigo algo muy especial: ¿amistad? Pasados los años el proceso se vuelve un poco más complejo. A los hechos me remito... Puede pasar un verano entero viendo a las mismas personas cada fin de semana, que ellos sepan todo sobre tu vida y tú sobre las suyas, pero no dirigiros la palabra. ¿Os suena esa historia, chicos? Y es porque cuando nos hacemos mayores nos volvemos un poco más gilipollas, nos asaltan pudores absurdos y perdemos la inocencia de la infancia. Pero bueno, aunque el proceso sea algo más complejo una vez te haces adulto, al final, no sabes como, estás rodeado de amigos. Ahora bien, la pregunta es ¿elegimos a nuestros amigos con libertad o lo hacemos obligados por las circustancias? Imagino que la respuesta a esto es un fifty fifty... Hay personas con las que conectas mucho pero el propio devenir de la vida te hace perder el contacto y, por comodidad, más bien por vagancia,quedan atrás en el camino... E imagino que también hay otras personas que en un momento circustancial se convierten en tus amigos por compartir algo eventual, por coincidir en determinadas circustancias. Porque ser amigos es eso, compartir algo. Y cuando compartes poco importa la diferencia de edad, la distinta ideología política o un modo de vida que poco se parece al tuyo. ¿Es importante compartirlo todo? Aqui encontramos otra diferencia (afotunada) con la infancia... Cuando eres niño tienes a tu "amigo-clon" también conocido como "amigo-lapa" (este fenómeno es especialmente recurrente en el género femenino) con el que compartes absolutamente todo: tiempo, aficiones, ropa... Hay adultos que perpetuan este modelo de amistad hasta edades insanas. Pero aqui está una de las ventajas (hay poquitas, pero las hay) del maravilloso mundo de los adultos: NO TIENES QUE SER UNA FOTOCOPIA DE TUS AMIGOS. Existe una cosa, llamada personalidad, que para fortuna de todos, se desarrolla de manera distinta en cada adulto. De hecho, llega un momento en en el que te preguntas que era lo que te unía a ese amigo que con tu edad ya es padre mientras que tú en la labor de cuidar a un ser vivo aun no has traspasado la barrera de mantener a una planta viva... También puedes tener amigos que te miran raro cuando les dices que tu recuerdas perfectamente cuando solo había dos cadenas de televisión y a los que les sacas unos cuantos años... ¿Cual de los dos es mi sitio? Probablemente ninguno de los dos, aunque me sienta agusto en ambos. El caso es que ambos son mis amigos porque comparto algo con ellos, no todo. Esa pequeña parcela que compartimos nos hace felices a los dos y por eso hemos firmado un contrato invisible, temporal o indefinido, eso nunca se sabe, sin ánimo de lucro por ambas partes y que solo nos reporta un beneficio: hacernos mejores personas. Porque la amistad solo tiene ese condicionante, que te ayude a ser cada día un poco mejor. Si no lo hace estamos hablando de otra cosa, eso no es amistad.

jueves, 29 de julio de 2010

Es solo un juego...


Y es que esto del amor no deja de ser un juego... En el amor, en todas sus acepciones, incluido el amor propio, todos jugamos a algo. De vez en cuando nos gusta dejarnos querer por nuestros amigos, por nuestros familiares, por las personas que tenemos alrededor. Nos convertimos en momentáneas víctimas esperando que ellos se desvivan por mostrarnos y demostrarnos su amor. Es un tira y afloja al que el ser humano está acostumbrado. Por que todo es un juego... Un juego en el que cada uno mide sus fuerzas, pone a prueba la amistad, el cariño o simplemente su atractivo. A todos nos gusta sentirnos especiales. ¿A quién no le alaga sentirse especial para otra persona? ¿Quién no ha tonteado alguna vez con alguien con el que sabe que nunca pasará nada pero frente al que siempre gusta sentirte atractivo? ¿quién no ha cruzado miradas con alguien que no te gusta en absoluto? Solo en ese instante en el que ves un brillo en los ojos que significa "estoy a tu merced", sonries y piensas "no me gusta, pero otra victoria...". También hay otros casos en los que ese juego es entre dos personas que saben que se atraen mutuamente pero que también son conscientes de que nunca traspasaran la frontera del tonteo. Una persona comprometida con la que coqueteas, un sano juego en el que los dos sabéis que nunca se va a traspasar una frontera. Un desconocido al que ves cada dia, al que sonries y te sonrie, pero no tienes el más mínimo interés en conocerlo y que se derrumbe el mito. Un amigo con el que tienes una complicidad brutal, con el que incluso hay cierto tonteo pero con el que nunca te arriesgarás a meter la pata. Pues eso, quiero pensar que todo esto es un juego... ¿inocente? No sé si inocente pero en esta guerra de momento o hay heridos, esperemos que siga así...
Y aqui un diálogo de Lugares Comunes que define todo esto:
http://www.youtube.com/watch?v=LBtP5XnAGB0&feature=player_embedded

lunes, 21 de junio de 2010

Son ochenta días son....


A lo largo de mi vida he conocido muchas ciudades que de una u otra manera me han marcado. Roma, Lisboa, Barcelona, Estambul, Paris, Salamanca, Londres han dejado una pequeña huella en mi corazón y en todas ellas me he parado un minuto para imaginar como sería vivir alli. Soy la típica persona que cuando ve un programa de televisión del tipo "Andaluces por el Mundo" lo sigue con entusiasmo y termina apagando el televisor con singular cabreo y maldiciendo la suerte de algunos por poder vivir de ciudad en ciudad y descubriendo mundo. Amo a mi ciudad profundamente pero no dudaría en vivir una temporada en otros lugares para conocer, descubrir y experimentar y volver con más ganas aún a esta bendita Sevilla. El año que pasé en Roma ha sido uno de los más especiales para mi y quizás me equivoqué al no seguir la inercia de los viajes y desaproveché la oportunidad de vivir en lugares diferentes antes de asentar mi vida aqui.

Viajar siempre me ha apasionado y nunca he comprendido como la gente puede desaprovechar la oportunidad de conocer un sitio nuevo o como alguien puede ampararse en la pereza para no iniciar la aventura que siempre supone un viaje. Me gusta conocer las ciudades que visito en profundidad, empapándome del modo de vida de sus habitantes. Las ciudades las pateo de arriba a abajo y leo y releo sobre ellas. Colecciono guías de lugares en los que nunca he estado y me gustaría conocer. Consulto mapas de sitios a los que aun no he ido para hacerme una idea de cómo es la ciudad.

¿Y todo esto por qué hoy? Ya va siendo hora de pensar en los planes para las vacaciones, ¿no? Después de todo lo acontecido creo que el descanso va a ser muy merecido. ¿Alguna propuesta?

domingo, 20 de junio de 2010

vida y muerte (y II)


Cuando escribo Vida y Muerte II es porque hubo un desafortunado Vida y Muerte I... Una entrada que ha sido mejor borrar porque la muerte en ese sentido es igual que la vida. Cuando la contemplas desde el momento inmediato es confusa y liosa. Necesitamos dar un paso atrás y coger perspectiva para poder comprenderlo todo y asumirlo desde la serenidad. Es un lugar común que he oido en boca de muchas personas diferentes el decir que los días de funeral son como un sueño, una mala pesadilla en la que no somos conscientes de lo que pasa alrededor. Estás ahi, como un muñeco de trapo, recibiendo besos y abrazos, escuchando cientos de veces la misma frase de condolencia y sin enterarte mucho de lo que está ocurriendo. Es cuando te reincorporas a tu vida cotidiana, al día a día, cuando notas la falta, la enorme carencia, el inmenso hueco que deja la persona que se ha ido. Y es que los lugares comunes son eso, experiencias vividas por muchas personas y que te llevan a reconocerte individualmente en lo que le ha pasado a todo un universo. Pero la vida sigue, el dolor está ahi y de repente te acuerdas de él, piensas en él durante un segundo y te sientes mal por una risa, por un momento de frivolidad. Nos sentimos mal por sentirnos vivos. Porque la muerte es tan cruel que no solo te arrebata a lo que quieres si no que además te hace sentirte mal por no haber participado de ella. Es irracional, pero asi lo sentimos. ¿Qué nos da más miedo la muerte o la enfermedad? Siempre he tenido clara la respuesta de esa pregunta. Creo que la muerte no me da miedo. Mi muerte no me da miedo. Tengo miedo de como mi muerte pueda afectar a las personas que quiero, a todo lo que dejo aqui. Pero no tengo miedo a morirme. Sin embargo, la enfermedad, el dolor si me provoca un inmenso rechazo. He vivido demasiado de cerca la enfermedad en mi familia. Mi primera experiencia de ese tipo fue muy joven, en plena adolescencia, y creo que ha influido mucho en cómo me enfrento desde ese momento a ella. Cuando yo tenía 17 años mi abuela materna, una mujer de carácter fuerte y personalidad arrolladora, se fue yendo poco a poco con un cáncer arrastrado de años, sufrido por toda la familia y en especial por mi madre. El dolor de la enfermedad no solo le afectó a ella si no que cuajó en toda la familia que decidió repartir la penosa tarea de cuidarla entre todos sus miembros. En especial queríamos darle pequeños respiros a mi madre, que cargaba sobre sus hombros una tarea demasiado grande para una sola persona. En esa carga para toda la familia yo a pesar de mi edad asumí una parte del peso que creo que me ha marcado desde entonces en mi manera de ver la enfermedad. Con 17 años pasé algunas noches solo en una sala de espera del Hospital (recuerdo haber leido El Viejo y el Mar en una de esas noches) o renunciar a salir con mis amigos para quedarme al cuidado de mi abuela. Todos asumíamos esa carga gustosos por darle un respiro a mi madre, agotada y sobrepasada por la enfermedad de mi abuela. Y la muerte llegó... No recuerdo absolutamente nada de esos días, ni de la última vez que vi a mi abuela. Mi mente a bloqueado ese recuerdo y son incapaz de recordar. Creo que esa experiencia ha marcado mi vida. Me hizo afrontar los 18 con una madurez más grande que la de los chicos de mi edad. También me hizo crearme una coraza que marcó mi relación con mi otra abuela. Parecía que no quería llevarme el desengaño de la muerte de otra persona tan cercana. Pero la muerte está siempre ahi y es inútil rechazarla. En el momento de la muerte mantengo una serenidad extraña. Recuerdo que mi reacción a la muerte de mi abuela fue preparar tranquilamente una tila a mi madre. Pero cuando se trata de cuidar a un enfermo, parace que aquella experiencia me marcó y me bloqueo. Me refugio en las otras cosas que tengo que hacer y en decir que no tengo tiempo. Me vuelvo egoista e insolidario. Y después de la muerte vienen los remordimientos... La muerte es asi de cruel, la enfermedad es asi de irracional... Y es que para contemplar la vida y la muerte se necesita perspectiva... Ahora, diez años después, veo claramente como ha afectado a mi vida la muerte de mi abuela pocos días antes de cumplir los 18. A pocas semanas de cumplir los 28 la muerte me ha tocado otra vez, muy de cerca, demasiado. Ahora son incapaz de medir sus consecuencias, necesitaremos perspectiva para asumir todo esto, para ver como este nuevo golpe afecta a nuestra vida.

miércoles, 9 de junio de 2010

Llueve en Sevilla...


"Llueve en Sevilla, y en sus calles mojadas, hoy despiertan miradas que ayer quisieron dormir"
Pues si que es sabio el refranero español. Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo. Y aqui estamos a 39 de Mayo (vulgo 9 de Junio) y cayendo la mundial. Este día nos ha recordado un invierno lluvioso como pocos en Sevilla. Y es que el otro refrán, el de "la lluvia en Sevilla es pura maravilla" este invierno empezó a parecernos ya un ejemplo más de lo que en Sevilla llamamos "guasa"...
Y como no podía ser menos, la lluvia le hace sentirse a uno un poco melancólico. Anclado un poco en mi sempiterno optimismo me empeño en ver esas "cosas pequeñitas" que me hacen feliz, pero no dejo de echar de menos a alguien a mi lado. Es duro escribirlo, más duro decirlo, pero no recuerdo las palabras "Te Quiero" en la boca de otra persona. Es verdad que, lo sé, tengo muchas personas a mi lado que me quieren, pero no en el modo en el que se puede decir a boca llena "Te quiero", el modo pasional, el modo, por qué no, con un punto sexual y el modo de querer compartir una vida. Soy afortunado porque tengo a muchos "te quieros" serenos, tiernos, familiares y amistosos, pero necesito un "Te quiero" con pasión. No lo necesito, es una palabra equivocada... ¡Lo quiero! No necesitamos cosas para sobrevivir, el ser humano puede ser sometido a los extremos más crueles, pero si nos empeñamos en "necesitar" cosas es cuando somos infelices. Yo estoy bien como estoy, soy feliz, pero la lluvia de hoy me hace acordarme de lo que no tengo y anhelar lo que me falta. Imagino que el viento se llevará las nubes y no solo las del cielo, también las que hoy pululan por mi cabeza. En fin, la lluvia en Sevilla... pura Maravilla.

domingo, 6 de junio de 2010

Amo la vita, meravigliosa...


"Meravigliosa creatura, sei sola al mondo, meravigliosa paura di averti accanto, occhi di sole bruciano in mezzo al cuoreamo la vita meravigliosa." Meravigliosa Creatura de Gianna Nannini.
Pequeñas cosas como esta canción son las que me hacen emocionarme. Y es que no sé, en ese sentido me considero especial. Creo que soy más sensible de lo normal. Duro, muy duro, porque he tenido que soportar cosas muy fuertes y en los momentos críticos no me derrumbo, aguanto más de lo normal. Pero también soy muy sensible, muy emotivo, capaz de absorver todo lo que hay a mi alrededor. Capaz de emocionarme con un libro, un anuncio, una canción o un lugar. Me da vergüenza decirlo, pero se me saltaron las lágrimas al entrar en la sala de Van Gogh del Museo Orsay de Paris o he llorado a moco tendido viendo un anuncio de la Caixa. Patético, ¿verdad? Afortunadamente estas cosas no trascienden mucho... XD Pero bueno, para mi la belleza es algo muy importante en mi vida. Creo que se sacarle todo su jugo y buscarla en sitios en los que otros no son capaces de apreciarla. Lo considero un don, un regalo que me hace disfrutar mucho de las pequeñas cosas y me alegro de tenerlo.
No dejéis de escuchar esa canción...

sábado, 5 de junio de 2010

Algo pequeñito...


Buff... ¡qué topicazo! ¿no? A ver, en Sevilla estamos a 38º y no he podido ir a la playa. Mi mente está recalentada... No le pidáis mucha originalidad... ¿qué quiero decir con ese título? Pues que mi felicidad se fundamenta precisamente en esas, las cosas pequeñitas y cotidianas. Como os digo, me considero, al menos por el momento, una persona positiva. Y eso es porque valoro pequeñas cositas, en las que detengo mi pensamiento solo un segundo de vez en cuando y me llevan a decir: ¡qué guay!. Que ñoña me está quedando esta entrada, ¿no? A ver, lista de cosas que me hacen feliz en este momento, ¡no vale reirse!

- que uno de tus mejores amigos te diga que te quiere (aunque hayas tenido que emborracharlo para ello) ;-)

- que compartas momentos maravillosos con tus mejores amigos y su hijo, que es tu ahijado.
- ver a unos amigos que, por el lio cotidiano, hace mucho que no veias.

- que vaya naciendo una amistad cada vez más grande, con café de nesspreso incluido, la máquina nueva de nesspreso ya constituye un motivo de felicidad aparte ;-)

- que tras seis meses de tramitación te den la ayuda de alquiler, por fin...

- que Hacienda te devuelva dinero...

- que hayas decidido redecorar y te haya dado, a estas alturas, por la jardinería...

Os adjunto foto de lo bonita que ha quedado mi entrada con esta nueva pasión jardinera...

martes, 1 de junio de 2010

Sevilla y yo...


Es dificil no caer en el tópico con este título... ¿y si hubiera nacido en Madrid, en Barcelona o en Soria? Pues probablemente también hablaría de las maravillas de mi ciudad y me parecería que he nacido en el mejor lugar del mundo. Pero, no sé, como da la casualidad que he nacido en Sevilla hoy quiero dejar constancia en este pedacito de mi corazón abierto que es mi blog de la estrecha relación que me une con mi ciudad. Hay cosas muy importantes en mi vida: mi familia, mis amigos, mi trabajo... Pero quizás una de las fundamentales para mi sea Sevilla. Es cierto que he vivido en otros lugares, he viajado y me he enamorado de diferentes ciudades Roma, Granada, Salamanca, Barcelona, Paris, que tienen un significado más o menos especial para mi. Pero como dice la canción "Sevilla no es una ciudad sino un sentimiento". Y como me considero una persona más sensible de lo normal, capaz de emocionarse con las cosas más pequeñas, Sevilla no deja de ser para mi un continuo estímulo emocional. No me deja de sorprender como siempre hay lugares desconocidos, nuevos sitios por descubrir. Hace unas semanas descubría por casualidad un callejón del Barrio de Santa Cruz. Hace tan solo unos días redescubría conventos, palacios y algunos de esos lugares que esta ciudad tan musulmana que todo lo oculta a las miradas curiosas, suele esconder detrás de altos muros que reservan una sorpresa al curioso. Y volvamos al tópico... La primavera en Sevilla. Esos últimos días de febrero cuando de repente sale el sol y el primer naranjo de la calle María Coronel da una flor de azahar son muy especiales. La Semana Santa para mi es une fecha muy especial que me lleva a refirmarme en mi sevillanía y a renovar mi promesa de amor con la ciudad. Pero más allá de los tópicos de la Sevilla clásica también me siento orgulloso de una ciudad fuente de riquezas y de modernidad, sede de importantes empresas, tierra de gente trabajadora a pesar del constante maltrato que sufrimos desde fuera. Por eso la mirada de este sevillano se posa en la orgullosa Giralda, pero también en el puente de la Barqueta, entrada de uno de los parques tecnológicos más importantes del país. La mirada de este sevillano se encuentra con los ojos de la Macarena, pero también con el Festival de Cine Europeo. La mirada de este sevillano ama las tradiciones pero también cree en una ciudad moderna y dinámica. Y bueno, ya queda poco para el Corpus... ;-)

lunes, 31 de mayo de 2010

El Trabajo os hará libres


Muy irónicos los nazis ¿verdad? Una de las experiencias más fuertes de mi vida fue la visita al campo de concentración de Auschwitz en Polonia. Ese día cuando todas y cada una de las personas que lo visitamos salimos de alli con los ojos llorosos y nos montamos en el autobus nadie tenía ganas de hablar ni de comentar nada. Se hizo un silencio tremendo. Habíamos tenido un día de lluvia incesante, un pequeño chispeo que nos acompañó durante todo nuestro recorrido por los barracones, las montañas de zapatos de los judíos, el crematorio junto a la casa del comandante y su familia, la cámara de gas... Pues bien, cuando todos estabamos, en silencio, sin ganas de hablar y mirando la lluvia a través del cristal del autobus, de repente las nubes se retiraron del cielo y salió el sol. El arcoiris más maravilloso que he visto nunca atravesó el cielo. Y poco a poco nos fuimos animando, volviendo a la vida. De aquella experiencia extraje dos cosas: la primera, la convicción de que por muy mal estén las cosas siempre puede salir un arcoiris. De ahi mi carácter siempre positivo. La segunda, y es algo en lo que me reafirmo cada día, que el Ser Humano es capaz de hacer las cosas más maravillosas, pero también las más terroríficas. Aquel comandante del campo de concentración vivía con su familia a pocos pasos del crematorio en el que cada día desaparecían los restos de los judíos gaseados. Probablemente sería un buen esposo y un buen padre, pero a la vez un asesino implacable. Pues bien, hoy me reafirmo en esta reflexión... Incluso el pueblo que sufrió todo aquello hoy es capaz de asaltar en mitad de la noche una flota que llevaba ayuda humanitaria a los habitantes de la fraja de Gaza... ¿irónico verdad? El Trabajo os hará libres... Por cierto, la primera entrada escrita desde el trabajo, de ahi el título... Menos mal que es una semanita corta...

domingo, 30 de mayo de 2010

¿amistad o amor?

¿Dónde está el límite entre la amistad y amor? ¿un amigo puede convertirse en un amor? ¿un amor puede convertirse en un amigo? ¿la amistad puede sustituir al amor? ¿el amor puede sustituir a la amistad?
Conozco a muchas parejas que se encierran en si mismas y se aislan hasta el punto de desconectar de sus amigos. Conozco a muchas personas que fundamentan su vida en su pareja o incluso en sus hijos (otro tipo de amor) olvidándose del amor más importante (el amor propio) y cuando pierden a su pareja, cuando sus hijos se hacen mayores, son unos desconocidos para si mismos, han perdido a su mejor amigo: uno mismo.
La amistad, hoy por hoy, es el sentimiento más importante en mi vida. Tengo muy buenos amigos que son casi familia, tengo una familia que son casi amigos... Y también tengo alrededor muchas personas a las que aprecio y ellos me aprecian. Compañeros de risas, de cenas, de cafés y de paseos por esta maravillosa ciudad en la que me ha tocado vivir. También compañeros de pasiones, de proyectos laborales y de ilusiones futuras. También algún compañero circustancial o más habitual de cama o de una simple conversación sobre temas más profundos o más superficiales.
Es curioso como una persona puede llegar a convertirse poco a poco en alguien importante en tu vida. Hay personas de las que ni siquiera recuerdas como entraron en tu vida. Cuando tratas de mirar atrás no recuerdas como fue la primera vez que os visteis y de repente lo sientes como alguien de tu familia. Vuestras vidas pueden ser muy diferentes, puede ser un matrimonio con un hijo, alguien que siempre está ahi para mandarte un mail entre semana y preguntarte cómo va todo, una persona a la que ves dos o tres veces al año pero cuando os véis todo sigue en el mismo punto que lo has dejado... Hay amigos de muchos tipos...
¿y dónde está el límite entre amor y amistad? Hay amores que llegan a convertirse en amigos e incluso puedes compartir con él la felicidad de que él si haya encontrado por fin el amor. Hay personas con las que surje inmediatamente una atracción desde el momento que lo conoces, pero con las que no llega a pasar nada y todo se dilata hasta que te das cuenta de que se ha convertido en un gran amigo y no quieres más. Y sabes que los dos sentís lo mismo. Hay otras personas con las que hay una atracción evidente pero que parece que los dos queréis negar porque hay limitaciones contra los que piensas que no vale la pena luchar. ¿acabará también en una amistad?
Hoy por hoy la amistad es el sentimiento más importante en mi vida... ¿llegará algún día ese amor que rompa todos los esquemas? De momento no estoy receptivo a ello, pero ¿quién sabe?

sábado, 29 de mayo de 2010

Stare un po giú


¿Qué original no? ¿cuántas personas han empezado un blog en uno de estos días en los que te levantas un poco tonto y depresivo? Le propondremos a alguien que se aburra mucho que haga una encuesta de motivaciones para comenzar un blog y os aseguro que el sentimiento depresivo se lleva la palma en el ranking... Y cuando un amigo te manda una lista de spotify titulado "Lacio", la cosa no ayuda mucho...

Pero bueno, esa es la idea, que escribir aqui te haga sentirte un poco mejor. Y yo (si este proyecto llega a buen puerto ya me iréis conociendo) soy ante todo una persona positiva. Como todos, tengo mis días, pero no me gusta revolcarme en la mierda... Los italianos tienen una expresión, que no existe en castellano: "stare un po giú" (estar un poco abajo, un poco tontón, un poco triste). Pues nada de "stare giú", hay que estar "sú". ¿habéis probado alguna vez un Tiramisú? Pues el significado de este postre viene precisamente de sus cualidades antidepresivas: Tira-mi (llévame) su (arriba). Asi que nada de estare giú, hay que estare sú. Y como, no sé porque motivo, parece que hoy me he levantado un poco italiano, os dejo una foto de uno de los lugares más especiales para mi en Roma, la plaza de Santa María del Trastevere.