martes, 1 de junio de 2010

Sevilla y yo...


Es dificil no caer en el tópico con este título... ¿y si hubiera nacido en Madrid, en Barcelona o en Soria? Pues probablemente también hablaría de las maravillas de mi ciudad y me parecería que he nacido en el mejor lugar del mundo. Pero, no sé, como da la casualidad que he nacido en Sevilla hoy quiero dejar constancia en este pedacito de mi corazón abierto que es mi blog de la estrecha relación que me une con mi ciudad. Hay cosas muy importantes en mi vida: mi familia, mis amigos, mi trabajo... Pero quizás una de las fundamentales para mi sea Sevilla. Es cierto que he vivido en otros lugares, he viajado y me he enamorado de diferentes ciudades Roma, Granada, Salamanca, Barcelona, Paris, que tienen un significado más o menos especial para mi. Pero como dice la canción "Sevilla no es una ciudad sino un sentimiento". Y como me considero una persona más sensible de lo normal, capaz de emocionarse con las cosas más pequeñas, Sevilla no deja de ser para mi un continuo estímulo emocional. No me deja de sorprender como siempre hay lugares desconocidos, nuevos sitios por descubrir. Hace unas semanas descubría por casualidad un callejón del Barrio de Santa Cruz. Hace tan solo unos días redescubría conventos, palacios y algunos de esos lugares que esta ciudad tan musulmana que todo lo oculta a las miradas curiosas, suele esconder detrás de altos muros que reservan una sorpresa al curioso. Y volvamos al tópico... La primavera en Sevilla. Esos últimos días de febrero cuando de repente sale el sol y el primer naranjo de la calle María Coronel da una flor de azahar son muy especiales. La Semana Santa para mi es une fecha muy especial que me lleva a refirmarme en mi sevillanía y a renovar mi promesa de amor con la ciudad. Pero más allá de los tópicos de la Sevilla clásica también me siento orgulloso de una ciudad fuente de riquezas y de modernidad, sede de importantes empresas, tierra de gente trabajadora a pesar del constante maltrato que sufrimos desde fuera. Por eso la mirada de este sevillano se posa en la orgullosa Giralda, pero también en el puente de la Barqueta, entrada de uno de los parques tecnológicos más importantes del país. La mirada de este sevillano se encuentra con los ojos de la Macarena, pero también con el Festival de Cine Europeo. La mirada de este sevillano ama las tradiciones pero también cree en una ciudad moderna y dinámica. Y bueno, ya queda poco para el Corpus... ;-)

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