miércoles, 24 de agosto de 2011

Los Mayas y el Estado Social

Los mayas han aportado a la historia de la arquitectura emblemáticas obras y soluciones. Su contribución a diferentes campos de la ciencia y las artes solo ahora se empieza a valorar. En esta entrada hablaremos de como los mayas pronosticaron hace cientos de años el colapso de otra construcción: la del Estado Social.

La cultura maya señalaba 2012 como la fecha en la que los acontecimientos precipitarían el fin del mundo. Esta predicción ha sido aprovechada por cineastas, novelistas y místicos para pronosticar acontecimientos apocalípticos que irían de las catástrofes naturales a la invasión alienígena. Personalmente nunca he sido muy dado a la ciencia ficción, ni a lo sobrenatural. Aunque coger el periódico cada mañana te hace pensar que quizás los mayas no andaban tan desencaminados...
Bromas aparte, lo que se nos hace evidente es que vivimos una época convulsa, un cambio de ciclo, quizás el fin de nuestro mundo, del mundo tal y como lo conocemos. La sociedad en la que vivimos nació a mediados del siglo XX. Después de dos guerras mundiales y del crack del 29, las naciones europeas propiciaron el nacimiento de un modelo político al que llamaron el Estado Social. Era un paso más en la evolución desde el Estado democrático, que cogía lo bueno del comunismo y lo menos malo del capitalismo. No solo se garantizaba la igualdad y el derecho a la participación, como había ocurrido hasta el momento. Ahora se apostaba por la redistribución de la riqueza y por otorgar a las administraciones una capacidad asistencial que eliminaba las desigualdades y garantizaba los derechos ciudadanos, en el marco del libre mercado.
Este modelo nos ha servido, con sus virtudes y sus defectos, durante más de 50 años. Gracias a él, los ciudadanos hemos sobrevivido a las continuas crisis cíclicas de un sistema imperfecto como el capitalismo. El derecho al paro o a la jubilación, la asistencia sanitaria o la educación gratuita, se han convertido en la seña de identidad de un modelo político europeo que evitaba la sangrante desigualdad de otros patrones como el estadounidense.
Llegados a la época actual, a las puertas de la cabalística fecha de 2012, el modelo que hemos seguido durante más de seis décadas parece estar agonizando. Las economías mundiales se desmoronan ante la estupefacción de los analistas. Lejos de superar las crisisis cíclicas que sacuden  al capitalismo desde su nacimiento, la situación ha empeorado. Unos pocos especuladores han acumulado tanto conocimiento de cómo funciona el sistema, que aprovechan sus movimientos para enriquecerse aún a costa de hacer colapsar a naciones enteras. Sin embargo, el diagnóstico de los gurús no centra sus sospechas en el propio capitalismo y su funcionamiento, sino que ponen en duda la sostenibilidad del Estado Social. Ahi está el error. El capitalismo siempre ha fallado y el Estado Social ha sido el elemento regulador de sus errores. Si ahora renunciamos a él estaremos desprotegidos ante la voracidad de los especuladores.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de esto? La sociedad está alcanzando un hastío cada vez más radical. La desconexión entre ciudadanía y clase política ha alcanzado límites insospechados. Si la crisis del 29 alimentó movimientos totalitarios como el nazismo, el fascismo y el comunismo, ¿qué puede ocurrir ahora? Eso no lo podemos saber. Bueno, quizás los mayas si lo sabían...